a veces.
sólo a veces.
son contados los momentos en que he de suspenderme para tranquilizarte.
a veces.
sólo a veces.
no sé, a honestidad, porque chingado siempre dejo que tú (y siempre has de ser tú) vengas y me tires todo, cuando me parto el lomo con tal de darte lo que se supone deberías recoger a mi camino. y a honestidad, tampoco sé porque chingado sigues partiéndome después de tantos años malgastados y tantos ires y venires de los dos. eres, por mucho y para mi desgracia, por aquello de lo poco que nos ha de unir, lo único que me puede entorpecer.
ya lo he reconocido con anterioridad: no es tu culpa, no; pero por ti no he sabido aún como dar un paso sin dudar.
TE ODIO.
10.29.2008
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